La página de dibujos de Alen



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Humor para entendidos... con explicaciones.


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10 de noviembre de 2011

Moralejas inmorales (por Alberto Carlos López del´Ortiz)

Hace un tiempo estuve en la feria del libro infantil analizando los materiales de lectura que están al alcance de nuestros niños. Y mas allá de entretenerme por varias horas, con los troquelados y los que tienen felpa, detecté una serie de mensajes "subliminales" en cuentos clásicos que son para preocuparse.
Por ejemplo, leyendo a "Risitos de Oro"comprobé que la obra hace apología de la mujer objeto. ¡Nos quejamos de la Barbie pero nadie cuestiona a la pequeña rubiecita que se la pasa de cama en cama tan solo por un plato de avena! ¡Por eso siempre se lo ve sonriente al Quacker de la cajita!. Otro caso similar es el de la Cenicienta. Ella, una pobre sirvienta, se entrega a un príncipe por intereses económicos y,  para ser la envidia de sus hermanastras. ¡No me digan  que ahí había amor!Si el príncipe fetichista no le calzaba el zapatito no reconocía ni el rostro de  "La mujer de su vida". Y si hablo de zapatos y perversión hablo de "El gato con botas". Ningún "gato con botas" es modelo aconsejable para un niño.No tengo nada contra ellos pero me parecen demasiado inaccesibles para la conciencia de un chico y también, para mi bolsillo.
Un párrafo aparte le debo dedicar al cuento de Caperucita. Yo creo que el lobo tiene mala prensa. Si además de "Caperucita", leemos los tres chanchitos y los siete cabritos; podemos llegar a la conclusión que éste además de  malo, es comilón, buen soplador,y puede salir corriendo con el trasero a la miseria. Pero el lobo, al menos en Caperucita, no es el personaje más macabro.La madre de la niña es la que lo opaca.   ¿A quién se le ocurre exigirle a una pobre niña que vaya por el camino largo cuando, la pobre, no puede distinguir entre su abuela o un lobo? ¡Señora, llévela al oculista antes de mandarla a hacer cosas que le corresponden a usted!. Peor aún, sabiendo que hay una bestia salvaje merodeando por la zona  la deja salir vestida de rojo "Sangre" y con una canasta repleta de comida. ¡No hay duda que la madre deseaba que a Caperucita se la comiera el lobo, para que no la moleste mientras veía esa novela de leñadores con torsos desnudos y aceitados que daban por la tarde! 
En definitiva, debemos estar atentos a lo que leen nuestros niños, enseñanzas confusas o moralejas inmorales se esconden entre la inocencia de estos cuentos. Igualmente, siempre es peor lo que se ve por la televisión o por internet.
Saludos, Alberto Carlos López del´Ortiz (Licenciado en calle, niño cantor y tapa permanente de la revista Hombre)
Creative Commons License
Moralejas inmorales by Leandro Lloveras is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at Alberto Carlos López del´Ortiz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Durante toda mi infancia pensé que Caperucita era ciega o una imbécil. El blog está buenísimo.
Marcela.

Anónimo dijo...

FELIZ DÍA DEL DIBUJANTE!!!
Juan Pablo.

Alen dijo...

Gracias Marce! Y a mi gran amigo Juampi por sus comentarios Motivadores! Me ponen de buen humor aunque no lo sepa expresar en este blog. Ja ja. Saludos!

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